miércoles, 1 de julio de 2009

Ilusión

...
Uno tiende a creer que llegará un momento en su vida en el que se sentirá satisfecho y entonces descansará la autocrítica de su mente y todo lo que hará será subir montañas, pequeñas o grandes pero subirlas.
Quizás las cosas no funcionen de esta manera*

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Durante mis excursiones en busca de románico me hice pasiego en epíritu.

Anónimo dijo...

como Sísifo...

supongamos, en todo caso, que el mejor momento es el de disfrute de la búsqueda.

para los espíritus errantes no existe final de trayecto... ni tampoco esa pretendida.

la única ciudad donde uno parece haber alcanzado el final de sus días es Lisboa... entrometiéndose en los retazos del espíritu de Pessoa que deambulan por ella...

en el refugio se extrañan comentarios prolíficos en este otro reducto de libertad... que no de paz.

besos