domingo, 7 de junio de 2009

Cuando desayunaba con un capitán de barco

No me gustaría escribir solo cuando estoy triste, pero ya casi no escribo, ni triste ni contenta.

Acabo de llegar a casa, antes de coger el ascensor metí la mano en el buzón para coger las típicas cartas de siempre. Hoy en mi buzón estaban mis recuerdos metidos en un sobre para que no me olvidase de ellos. Sí, nadie lo sospecharía mirando el remitente pero muchas veces las cosas no son solo lo que parecen.
Hoy me escribió el Señor Starbucks para decirme que le he sido tan fiel que me espera todo este mes para hacerme un descuento a mi té. No me haga llorar. Ya no recuerdo cuanto tiempo llevo desayunando en su sofá, pero lo que sí sé es que nunca le he dicho que allí, con mi té, mis libros y los buenos días yo era feliz. Sí, era el momento mas bonito de la mañana, lo ha sido desde hace ya muchos años y ahora que no volveré me atrevo a leer entre líneas que el señor Starbuks me echa de menos. Starbuck de la calle alcalá esquina con la calle peligros. Allí se me podía ver de lunes a viernes sobre las 11:00.
No me gusta perder mis rutinas , esas que elegí con sumo cuidado para hacerlas mías. No me gusta perderlas porque me hace sentir sola. Muchas cosas se han ido de hace un tiempo a esta parte, he ganado otras pero todavía no soy capaz de entenderlas y ahora solo siento el vacío del sin sentido y espero que no me acompañe por mucho mas tiempo.
Estoy triste porque esto no es lo que quiero*

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ubicarse, recurrentemente, en un calle llamada Peligros, es una actitud vital, al menos así lo entiendo yo, lo suficientemente digna de elogio y aplauso.

Y no se preocupe por la ausencia de inspiración, siempre se necesita apoyo en esta cruda y dura batalla que es la vida. Y sí, la creación... ese peculiar envite ante la más dulce y bella heroína, que es, sin lugar a dudas, la Literatura (una batalla campal ante los fantasmas que pretendemos evitar o perseguir... como el Capitán Ahab con el que, sorprendentemente, usted solía desayunar).

Sea buena.

Abrazos (y rosas) desde el refugio.