Volviendo a casa
En el tren, una mujer pobre pidiendo con cara de pena, una preciosa mulata y yo. Solo nos unía una cosa la vergüenza. Quien pasa más vergüenza, ¿el que pide? ¿o el que dice No?
Después, en la calle una luna increíble me esperaba. Me pone contenta ver la luna cuando está amarilla y grande, cuando se le ve la cara, cuando parece que te mira. Podrían ser todas las cosas así de bonitas. No importa, de todos modos, está bien así.
Es verano, todo huele a verano y el viernes estará de vacaciones, ¿qué más se puede pedir?*
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