El corazón de la ciudad
Ayer volaron por la calle Atocha todos mis apuntes de Financiero, todos los test con las soluciones que tenía que estudiar de aquí a una semana. Mi examen es ya, es raro, ni siquiera lo parece. Pues eso, que volaron todos por culpa de mi estúpida manía de salir corriendo semáforo en ambar. Y los coches pasaron pisoteándolos, esparciéndoles calle arriba mientras Elena y yo los mirábamos sin poder hacer nada para evitar el desastre.
A vecess se oye decir que las personas aparecen cuando las necesitas,que el mundo entero se mueve por ti cuando pides ayuda. Y no hice falta decir nada, el semáforo volvió a ponerse en rojo y la gente salió corriendo en busca mis hojas esparcidas, una pareja, unos señores, un mendigo, no fui capaz de verles a todos. Muchas gracias decía yo. La lengua a veces es insuficiente, una expresión es utilizada para demasiadas cosas, eso hace que pierda el verdadero significado.
Mis apuntes ahora son grises y con ruedas de coches marcadas. Ahora son los apuntes más bonitos que he tenido nunca.*