martes, 2 de octubre de 2007

Entre el asco y el miedo

Hoy el cielo está cargado de ranas, como en aquella película, se llamaba Magnolia. Sólo recuerdo que todos andaban perdidos y que hasta el cielo parecía empachado de tragar tantos sapos. Luego pensé en Boris Vian, en aquel título: "Que se mueran los feos". Sí, eso, que se mueran; Los feos, los que no importan, los que no dicen nada.



"Sigue un día monótono a otro día igualmente
monótono, idéntico. Las mismas
cosas sucederán de nuevo, una y otra vez-
las mismas circunstancias nos toman y nos dejan.

A un mes sigue otro mes igual.
Lo que vendrá fácilmente se adivina;
serán las mismas cosas de ayer.
Y el mañana nunca parece ese mañana."

Monotonía. Kostantino Kavafis

3 comentarios:

Carlos Magro dijo...

Me desperté esta mañana con unas ganas tremendas de quedarme todo el día en la cama leyendo. Luché contra ello durante un rato.

Me asomé entonces a la ventana y estaba lloviendo. Y me rendí. Me dediqué por entero al cuidado de esta mañana lluviosa.

¿Viviría mi vida otra vez?
¿Con los mismos errores imperdonables?
Sí, a la mínima posibilidad que tuviera. Sí

Lluvia, Raymond Carver

un abrazo*

nomecentro dijo...

Me alegraría encontrar a alguien que hubiera leído a Boris Vian y fuera a la vez una persona normal. Ese improbable caso me podría ayudar a separarme de la opinión general. Coincidir con los censores es un mal síntoma que a nadie le gusta reconocer. Preocupa dudar sobre si tenerlo por demasiado perverso podría ser cosa de nenazas.

nomecentro dijo...

Pensando en la malvada frase de B.Vian, quizá hubiese sido mejor, para pasar menos tiempo concentrado en el ombligo, no haber nacido tan guapo y rico.