Una noche para Hedwig and the angry inch
Hace poco vi una película de esas que te retuercen por dentro, de esas en las que al final cuesta levantarse para apagar el televisor, de las que cuesta volver a cerrar los ojos, activar de nuevo el chip y volver a tu cómoda vida de tío normal.
Ahí os mando un cuento hecho canción. Una preciosa forma de explicar el amor. Los ombligos ya no son ombligos, son cicatrices.
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